Innovación y relacionamiento estratégico

¿La IA nos quitará trabajo?

La Inteligencia Artificial no viene a eliminar todos los empleos, sino a transformar el mundo laboral. Los trabajos repetitivos están en mayor riesgo, pero la verdadera amenaza es la falta de adaptación. Guatemala necesita apostar por la innovación, la educación y los thinking jobs para convertir la IA en oportunidad, no en amenaza.

Patricia Letona

6/20/20242 min read

La respuesta honesta, aunque incómoda, es sí. Pero esto no aplica para todos. La Inteligencia Artificial no viene a sustituir todos los empleos, sino principalmente aquellas tareas repetitivas y predecibles que una máquina puede ejecutar mejor, más rápido y barato.

Quienes están en mayor riesgo no son solo quienes realizan oficios fácilmente reemplazables, sino también quienes no estén dispuestos a actualizarse y desarrollar las habilidades necesarias para enfrentar los retos de esta nueva era.

A lo largo de la historia, como humanidad, hemos respondido a los avances tecnológicos con una mezcla de asombro y temor. Cada invento o innovación, nos ofrece comodidad, pero también nos coloca cara a cara con la incertidumbre.

Hoy ya estamos inmersos en una de las revoluciones más profundas de todos los tiempos. Una que no solo transforma a las empresas. La Inteligencia Artificial está cambiando nuestro modo de vida.

Las grandes organizaciones alrededor del mundo están redefiniendo sus procesos, rediseñando flujos de trabajo y tomando decisiones estratégicas basadas en el potencial y la información que ofrece la IA. Pero el cambio no es exclusivo de las multinacionales. También los pequeños empresarios, emprendedores y trabajadores por cuenta propia tienen ahora a su alcance herramientas poderosas para automatizar tareas, conocer mejor a sus clientes y generar ideas con un alcance antes inimaginable.

En Guatemala, hemos apostado por sectores como los Contact Centers, que han generado miles de empleos para jóvenes que dominan el inglés u otro idioma. Ha sido, sin duda, una alternativa valiosa para responder a la enorme demanda de trabajo. Pero ¿qué pasará cuando los clientes de esas empresas descubran que pueden atender a sus usuarios con agentes automatizados?

Nuestra economía necesita repensarse. Nuestro concepto de competitividad debe ir más allá ubicación o de mano de obra de bajo costo. Y nuestro sistema educativo debe renovarse con urgencia. Porque la IA no es solo una amenaza: es una oportunidad histórica.

El doctor Alejandro Ruelas-Gossi, reconocido por sus análisis sobre desarrollo y competitividad, insiste en que los países que aspiren a prosperar en el siglo XXI deben apostar por los thinking jobs —empleos basados en la creatividad, el análisis crítico y la innovación—, en lugar de seguir compitiendo con mano de obra barata. Para él, el verdadero desarrollo no se logra replicando modelos obsoletos o atrayendo inversiones que solo buscan reducir costos, sino cultivando ecosistemas que fomenten el pensamiento complejo. En su visión, los países que no inviertan en educación de calidad, investigación, desarrollo y el fortalecimiento de sus capacidades intelectuales quedarán rezagados económicamente. Esta idea es, en sí misma, un llamado a convertir a Guatemala en un país que piensa, que crea, que innova.

No debemos temerle a la Inteligencia Artificial. Debemos temerle a nuestra pasividad, a la falta de innovación y de visión, a la ausencia de una estrategia nacional que forme a los ciudadanos no solo como usuarios de tecnología, sino como creadores.

La pregunta no es si la IA nos quitará el trabajo. La verdadera pregunta es: ¿estamos dispuestos a transformarnos para que eso no ocurra?